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Join IAPBEl grupo The Lancet Global Health Commission on Global Eye Health, compuesto por más de 70 expertos, ha publicado en febrero de 2021 una visión amplia de los logros en prevención de la ceguera a nivel mundial, y los retos para las próximas décadas. Abajo les brindamos con el resumen ejecutivo traducido al español, y informaciones adicionales pueden ser encontradas en el sitio web https://globaleyehealthcommission.org
Resumen ejecutivo (https://globaleyehealthcommission.org/resources/)
La salud ocular y la visión tienen implicaciones profundas y generalizadas en muchas facetas de la vida, la salud, el desarrollo sostenible y la economía. Sin embargo, hoy en día muchas personas, familias y poblaciones continúan sufriendo las consecuencias del pobre acceso a una atención oftalmológica asequible y de alta calidad, resultando en discapacidad visual y ceguera.
Se estima que en el año 2020 596 millones de personas en todo el mundo tenían problemas de visión de lejos, de las cuales 43 millones estaban ciegas. Otros 510 millones de personas tenían problemas de visión de cerca sin corregir, simplemente porque no tenían gafas para leer. Una gran proporción de los afectados (85%) vive en países de ingresos bajos y medianos (PIBM). Sin embargo, es alentador que más del 90% de las personas con discapacidad visual sean por causa prevenible o tratable para las que existen intervenciones altamente rentables. Las afecciones oculares afectan todas las etapas de la vida, en particular a los niños pequeños y las personas mayores. Crucialmente, las mujeres, las poblaciones rurales y las minorías étnicas tienen más probabilidades de tener problemas de visión y esta generalizada desigualdad debe de ser abordada. Para el año 2050, el envejecimiento progresivo de la población, el crecimiento y la urbanización podrían llevar a que aproximadamente 895 millones de personas tengan deficiencia de la visión de lejos, de las cuales 61 millones estarán ciegas. Son necesarias acciones inmediatas para priorizar la salud ocular.
Esta Comisión define la salud ocular como la visión maximizada, la salud ocular y la capacidad funcional, contribuyendo así a la salud y el bienestar general, la inclusión social y la calidad de vida. La salud ocular es fundamental para lograr muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). La mala salud ocular y la deficiencia visual tienen un efecto negativo en la calidad de vida y restringen el acceso equitativo y el éxito en la educación y el trabajo. La pérdida de la visión conlleva considerables implicaciones financieras para las personas, familias y comunidades afectadas. Aunque son escasos los datos de calidad para las estimaciones económicas mundiales, en particular para los países de ingresos bajos y medianos, los análisis conservadores basados en las últimas cifras de prevalencia del 2020 sugieren que la pérdida anual de productividad mundial por discapacidad visual es de aproximadamente 410.700 millones de dólares de paridad de poder adquisitivo. La discapacidad visual reduce la movilidad, afecta el bienestar mental, exacerba el riesgo de demencia, aumenta la probabilidad de caídas y accidentes de tráfico, aumenta la necesidad de asistencia social y, en última instancia, conduce a tasas de mortalidad más altas.
Por el contrario, la visión facilita muchas actividades de la vida diaria, conduce a mejores resultados educativos y aumenta la productividad laboral, reduciendo la desigualdad. Cada vez hay mas evidencia respaldando el potencial de la visión para avanzar en los ODS, contribuyendo a la reducción de la pobreza, el hambre cero, la buena salud y el bienestar, la educación de calidad, la igualdad de género y el trabajo decente. La salud ocular es una prioridad pública mundial, que transforma vidas tanto en comunidades pobres como ricas. Por lo tanto, la salud ocular debe reformularse como un problema de desarrollo y de salud, y se le debe otorgar una mayor prominencia dentro de las agendas mundiales de desarrollo y salud.
La pérdida de la visión tiene muchas causas que requieren intervenciones de promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación. La catarata, los errores refractivos no corregidos, el glaucoma, la degeneración macular relacionada con la edad y la retinopatía diabética son responsables de la mayoría de los problemas de visión en el mundo. La investigación ha identificado tratamientos para reducir o eliminar la ceguera causada por todas estas condiciones; la prioridad es suministrar estos tratamientos donde más se necesitan. Las intervenciones de eficacia demostrada en salud ocular, como la cirugía de catarata y la provisión de gafas, se encuentran entre las más rentables de toda la
atención médica. Se necesita una mayor inversión financiera para que millones de personas que viven innecesariamente con discapacidad visual y ceguera puedan beneficiarse de estas intervenciones.
Las lecciones de los últimos tres decenios dan esperanza de que este desafío se puede afrontar. Entre 1990 y 2020, la prevalencia mundial de ceguera estandarizada por edad se redujo en un 28,5%. Desde la década de los 90, la prevalencia de las principales causas infecciosas de ceguera (oncocercosis y tracoma) ha disminuido considerablemente. Se espera que para el 2030 se interrumpa la transmisión de la oncocercosis y se elimine el tracoma como problema de salud pública en todos los países del mundo. Sin embargo, el envejecimiento de la población ha llevado a una prevalencia bruta más alta de las causas de ceguera relacionadas con la edad y, por lo tanto, a un mayor número total de personas con ceguera en algunas regiones.
A pesar de este progreso, el status quo no logrará seguir el ritmo de las tendencias demográficas del envejecimiento de la población mundial ni abordará las desigualdades que persisten en cada país. Están surgiendo nuevas amenazas para la salud ocular, incluido el aumento mundial de la retinopatía diabética, la miopía alta, la retinopatía del prematuro y las enfermedades oculares crónicas del envejecimiento, como el glaucoma y la degeneración macular relacionada con la edad. Dadas las proyecciones de aumento de estas condiciones durante las próximas décadas y la pérdida de visión asociada, se necesita actuar urgentemente para desarrollar tratamientos innovadores y brindar servicios a una escala mayor de la anteriormente lograda.
La buena salud ocular a nivel comunitario y nacional ha sido marginada como un lujo disponible solo en áreas ricas o urbanas. La salud ocular debe incorporarse urgentemente a la corriente principal de las políticas nacionales de salud y desarrollo así como a su planificación, financiación y ejecución.
El desafío consiste en desarrollar y prestar servicios integrales de salud ocular (promoción, prevención, tratamiento, rehabilitación) que aborden la gama completa de afecciones oculares dentro del contexto de la cobertura universal de salud. El acceso a los servicios no debe conllevar el riesgo a empobrecerse y los servicios deben ser de alta calidad, según lo previsto en el marco de la OMS para la calidad de la atención de la salud: eficaz, segura, centrada en las personas, oportuna, equitativa, integrada y eficiente. A este marco le sumamos la necesidad de que los servicios sean medioambientalmente sostenibles. La cobertura sanitaria universal no es universal sin los servicios de atención ocular.
Es necesario superar múltiples obstáculos para lograr la cobertura universal de la salud ocular. Algunos problemas importantes son las complejas barreras para la disponibilidad y el acceso a servicios de calidad incluyendo el costo, la gran escasez y mala distribución de personal capacitado, y la falta de equipos bien mantenidos y de consumibles. Estos problemas están particularmente extendidos en los PIBM, pero también ocurren en comunidades desatendidas en países de altos ingresos. Es necesario formar alianzas sólidas con aliados naturales que trabajen en áreas afectadas por la salud ocular, como las enfermedades no transmisibles, las enfermedades tropicales desatendidas, el envejecimiento saludable, los servicios para niños, la educación, la discapacidad y la rehabilitación. El sector de la salud ocular se ha centrado tradicionalmente en el tratamiento y la rehabilitación, y ha infrautilizado las estrategias de promoción y prevención de la salud para disminuir el impacto de las enfermedades oculares y reducir la desigualdad.
La resolución de estos problemas requerirá soluciones verificadas a través de estudios de alta calidad que puedan guiar una implementación más eficaz y a escala. Estos enfoques de base empírica deberán abordar las deficiencias existentes en la oferta y la demanda. Se necesitan a nivel global inversiones estratégicas en investigación científica y descubrimientos que aprovechen nuevos hallazgos de diversos campos y la investigación de implementación para guiar una ampliación eficaz. Es alentador que los avances en la telemedicina, la atención en salud móvil, la inteligencia artificial y el aprendizaje a distancia tienen el potencial de asistir a los profesionales de la visión en brindar una atención de mayor calidad, más abundante, equitativa y rentable.
Esta Comisión realizó un ejercicio de priorización de Grandes Desafíos en la Salud Ocular Global para resaltar áreas clave para la investigación y la acción concertada. Este estudio ha identificado un amplio conjunto de desafíos que abarcan los campos de la epidemiología, los sistemas de salud, el diagnóstico, la terapéutica y la implementación. Los desafíos mas apremiantes, elegidos entre 3400 sugerencias propuestas por 336 personas de 118 países, puede ayudar a enmarcar la futura agenda de investigación para la salud ocular mundial.
En esta Comisión, aprovechamos las lecciones aprendidas durante más de dos décadas, presentamos la creciente evidencia del impacto transformador que la salud ocular tiene en la vida y proporcionamos una comprensión profunda de los rápidos avances en el campo. Este informe se elaboró a través de una amplia consulta en la que participaron expertos dentro y fuera del sector de la atención ocular para ayudar a informar a los gobiernos y a otras partes interesadas sobre el camino a seguir en salud ocular más allá del 2020, promover los ODS (incluida la cobertura sanitaria universal) y trabajar por un mundo donde no hay pérdida de visión evitable.
Los próximos años son un momento crucial para que la comunidad mundial de la salud ocular y sus socios en la atención médica, los gobiernos y otros sectores consideren los éxitos y desafíos de las últimas dos décadas y, al mismo tiempo, tracen el camino a seguir para las próximas décadas. Avanzar requiere construir sobre la base sólida establecida por la OMS y sus socios en VISIÓN 2020 con un ímpetu renovado para finalmente brindar atención de salud ocular universal de alta calidad para todos.
La salud ocular es fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible; La visión debe reformularse como una cuestión de desarrollo.
Existe amplia evidencia demostrando que la mejora de la salud ocular contribuye directa e indirectamente al logro de muchos Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluida la reducción de la pobreza y la mejora de la productividad laboral, la salud general y mental, la educación y la equidad. Mejorar la salud ocular es una forma práctica y rentable de liberar potencial humano. La salud ocular debe reformularse como un tema habilitante y transversal dentro del marco del desarrollo sostenible.
Casi todo el mundo experimentará problemas de visión o una afección ocular durante su vida y necesitará servicios de atención ocular; es necesaria la acción urgente para satisfacer la creciente necesidad de salud ocular
En el 2020, 1.100 millones de personas tenían problemas de visión de lejos o presbicia no corregida. Para el 2050, se espera que esta cifra aumente a 1.800 millones. La mayoría de las personas afectadas viven en países de ingresos bajos y medios (PIBM) con causas evitables de discapacidad visual. Durante el curso de la vida, la mayoría de las personas experimentarán problemas de visión, aunque solo sea la necesidad de gafas para leer. Debido a las necesidades no cubiertas y al envejecimiento de la población mundial, la salud ocular es un problema importante de salud pública y desarrollo sostenible que amerita una acción política urgente.
La salud ocular es un componente esencial de la cobertura sanitaria universal; debe incluirse en la planificación, la asignación de recursos y la prestación de servicios de salud
La cobertura de salud universal no es universal sin una atención ocular equitativa, asequible y de alta calidad. De acuerdo con el Informe mundial de la OMS sobre la visión, instamos a los países a considerar la atención en salud ocular como un servicio esencial dentro de la cobertura sanitaria universal. Para prestar servicios integrales que incluyen promoción, prevención, tratamiento y rehabilitación, la atención oftalmológica debe incluirse en los planes estratégicos nacionales de salud y las políticas de desarrollo, en las estructuras de financiación de la salud y en la planificación de recursos humanos para la salud ocular. Se necesita una acción intersectorial coordinada para mejorar sistemáticamente la salud ocular de la población, también dentro de las iniciativas de envejecimiento saludable, las escuelas y el entorno laboral. Es de vital importancia la integración de los servicios de salud ocular con los múltiples componentes relacionados de los servicios de salud y a todos los niveles del sistema de salud.
Los servicios de salud ocular de alta calidad no se están prestando de manera universal; Se necesita una acción concertada para mejorar la calidad y los resultados, proporcionando una atención eficaz, eficiente, segura, oportuna, equitativa y centrada en las personas
El uso de indicadores de cobertura efectiva de servicios para catarata y errores refractivos resaltan la brecha entre las necesidades de salud visual de la población y los buenos resultados. Instamos a los proveedores de salud ocular a adoptar una visión holística para enfatizar la calidad y diseñar la prestación de servicios basada en las necesidades individuales y de la población: un enfoque centrado en las personas. Los servicios deben caracterizarse por la inclusión y la equidad en el diseño y la prestación, abordando de manera proactiva las necesidades de los grupos marginados y vulnerables mediante intervenciones específicas. Para fomentar una mejor calidad en la cirugía de catarata, apoyamos la redefinición del resultado de buena visión como 6/12 o mejor.
Las intervenciones de restauración de la visión altamente rentables ofrecen un enorme potencial para mejorar las perspectivas económicas de las personas y las naciones; se requiere un aumento importante de la inversión financiera en salud ocular
Para el 2020, estimamos que la discapacidad visual resultó en una pérdida de productividad económica de $ 410,7 mil millones; el costo total es con toda probabilidad mayor. Los tratamientos de la catarata y los errores refractivos cubrirían más del 90% de las necesidades no satisfechas y son altamente rentables. El argumento de que los países inviertan en la mejora de la salud ocular de la población es convincente y se necesitan con urgencia más recursos financieros.
Las barreras financieras para acceder a la atención oftalmológica dejan atrás a muchas personas; la salud ocular debe incluirse en la financiación nacional de la salud para repartir los riesgos
Los costos de la atención médica impiden que muchas personas accedan a servicios esenciales de salud ocular. La atención oftalmológica debe integrarse en la financiación general del sistema de salud para eliminar las barreras de costos. Para mejorar el acceso de toda la población y mitigar el gasto en atención ocular, son muy deseables los mecanismos de mancomunación de riesgos.
Los desarrollos en tecnología y tratamiento ofrecen nuevas herramientas para mejorar la salud ocular; se requiere su aplicación considerada para maximizar el potencial de mejorar la cobertura, la accesibilidad, la calidad, la eficiencia y la asequibilidad
Los desarrollos tecnológicos como la telemedicina, la atención sanitaria móvil y la inteligencia artificial ofrecen el potencial para revolucionar la atención de la salud ocular en la próxima década al brindar servicios asequibles y de alta calidad a zonas remotas. Sin embargo, se necesita precaución para garantizar que todas las poblaciones se beneficien de estos desarrollos.
El personal de salud ocular no es suficiente para cubrir las necesidades de la población en muchos países; se requiere una gran expansión en la capacidad de servicio a través de un aumento de personal, las tareas compartidas, una capacitación fortalecida, entornos laborales propicios y liderazgo efectivo
En muchas regiones hay una gran escasez de personal trabajando en salud ocular. La mano de obra disponible debe distribuirse según las necesidades de la población. La calidad de la formación del personal de salud ocular debe actualizarse, con un énfasis renovado en la competencia. Es necesario crear entornos laborales propicios que incluyan el apoyo, la supervisión y los equipos apropiados. Los problemas existentes de baja productividad deben resolverse sistemáticamente. Se necesitan mentores y otros programas para cultivar una generación emergente de líderes en salud ocular.
Los datos fiables de encuestas y servicios son clave para el progreso en la salud ocular; Se necesitan indicadores sólidos para dar forma al cambio e impulsar la acción
Para monitorear el progreso en la mejora de la salud ocular dentro de la cobertura sanitaria universal, se necesita un conjunto equilibrado de indicadores sólidos, que describimos en esta Comisión. Los datos de servicio deben estar disponibles y ser utilizados por los implementadores y los responsables políticos para impulsar el cambio. Destacamos la escasez de datos epidemiológicos en varias regiones, que deben abordarse como una prioridad.
La investigación ha sido fundamental para los avances en el entendimiento y el tratamiento de las enfermedades oculares; se necesita con urgencia investigación centrada en soluciones y contextualmente pertinente para ofrecer estrategias innovadoras de prevención y tratamiento y orientar la implementación de la salud ocular dentro de la cobertura universal de salud
Se necesita investigación de implementación, particularmente en los países de ingresos bajos y medianos, para orientar la prestación eficaz de servicios dentro de la cobertura universal de salud. La investigación de descubrimiento es necesaria para áreas específicas que permanecen sin intervenciones eficaces. El impacto económico de la discapacidad visual y los costos y beneficios de las intervenciones se conocen solo parcialmente; se necesita un esfuerzo global coordinado para recopilar datos de manera sistemática. Se requiere un cambio radical en la capacidad de los países de ingresos bajos y medianos para realizar investigaciones de salud ocular contextualmente apropiadas y un mayor compromiso para mejorar la diversidad y la inclusión en la comunidad investigadora.