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Join IAPBEsta es la historia de una misión que ha tocado las vidas de cerca de dos millónes de personas durante los últimos 35 años. Es el testimonio de unos 132,000 pacientes que han recibido operaciones de la vista durante el mismo período en la República Dominicana. Se trata del Hospital Dr. Elías Santana en la ciudad de Santo Domingo, una institución que es verdadero tributo al trabajo de un grupo de misioneros cristianos y médicos jóvenes, comprometidos en cuerpo y alma a llevar salud visual a las personas más pobres y desposeídas de esta nación caribeña.
Hoy día este famoso hospital-escuela recibe alrededor de 600 pacientes al día y realiza unas 9,000 operaciones de la vista todos los años, principalmente de cataratas y glaucoma. Sus salones y quirófanos han formado 272 médicos oftalmólogos de casi todas partes del mundo, y sus aulas han graduado grandes figuras de la oftalmología moderna, algunos de los cuales han podido reproducir en sus propias comunidades y paises el modelo de este buque insignia de la oftalmología y de la salud visual para todos los ciudadanos sin importar su etnia, raza, o condición económica. El centro oftalmológico está ubicado en los suburbios de Santo Domingo y cuenta con los más avanzados equipos de láser, facoemulsificación, sistemas 3-D de cirugía, 8 quirófanos de oftalmología, y un personal especializado dedicado al manejo de sofisticados equipos diagnósticos.
Hacia los finales de la década de 1970 y principio de 1980, el Sr. William Hunter, misionero cristiano, junto con su amigo el Sr. John Shannon, traía grupos de misioneros a Boca de Nigua, una comarca de la costa sur, donde ofrecían atenciones oculares a los mas necesitados. ¨Los Americanos¨ eran famosos porque recibían pacientes que buscaban lentes a bajo costo y atenciones oftalmológicas para curar sus males. Los lentes eran donados a la misión por iglesias y grupos voluntarios. Al recibirlos, se clasificaban y archivaban para así poder colocar en la cara de cada persona de escasos recursos un par de lentes a un costo asequible. Con 10 proyectos médicos anuales, dos de ellos de oftalmología, los grupos de oftalmólogos norteamericanos y canadienses visitaban la misión y traían su equipo quirúrgico para realizar operaciones de catarata, glaucoma, estrabismo, y otras, en pacientes identificados previamente. Las filas de pacientes que esperaban los afamados lentes eran interminables, y a pesar de que en cada proyecto se hacían cientos de operaciones, atrás quedaban miles de pacientes más necesitando atenciones médicas y quirúrgicas, ya que los casos de catarata y glaucoma sobrepasaban la capacidad de las misiones cortas.
En el año 1979, el huracán David azotó la región Sur de la República Dominicana y en su paso destruyó la edificación que alojaba la misión en Boca de Nigua. El gobierno dominicano reaccionó con una donación de 50 tareas de tierra de una vieja colonia para la siembra de caña de azúcar. Donantes y filántropos de sus proyectos misioneros recaudaron los fondos para la edificación del hoy Hospital Dr. Elías Santana. La institución siempre ha laborado como una organización no gubernamental y sus fondos son celosamente administrados por el Centro Cristiano de Servicios Médicos, una organización dominicana sin fines de lucro dirigida por la familia Hunter. El nombre Elías Santana se escogió en honor a un joven dominicano que falleció a destiempo y fue pediatra especializado en Estados Unidos. Este joven profesional dedicó su vida exclusivamente a los pobres y ejemplificó la vocación de servicio del hospital creado.
Entre los años 1980-1985, el Dr. Batlle cursaba como residente de oftalmología bajo la dirección del Dr. Edward Norton en el Bascom Palmer de Miami. El Dr. Norton era un hombre de mucha sabiduría y logró reunir en Miami a un grupo de profesores cuyas enseñanzas cambiaron la vida del Dr. Batlle. Los principios morales de Norton, su generosidad al compartir los conocimientos, y su celo por que las cosas se hicieran correctamente, fueron de gran inspiración en lo que hoy se conoce como el Hospital Dr. Elías Santana. Norton había llegado bajo condiciones muy similares a la ciudad de Miami 30 años antes, y levantó de la nada lo que hoy día es el más prestigioso centro oftalmológico del mundo. Su legado y preocupación por los países latinoamericanos permitió que muchos jóvenes oftalmólogos egresaran del Instituto Bascom Palmer para cambiar el futuro de la oftalmología en estos países. Sus palabras de exhortación y su visión preclara de lo que se necesitaba en estos países fueron la clave y la inspiración para que este proyecto académico tuviese el éxito que ha alcanzado.
Con una donación del Dr. James P. Gills en el año 1984 se logró equipar el departamento de oftalmología del Elías Santana y se fundar el programa de post-grado en oftalmología con su primer discípulo el Dr. Carlos Gómez. El Dr. Gills había visitado la República Dominicana como misionero y reconoció la urgente necesidad que tenía el país de profesionales para enfrentar el gran volumen de problemas visuales que afectaba la población dominicana. Con su donación, con la visión de educar, y la misión de atender al más necesitado, nació un programa de enseñanza que cuenta con 8 especialidades de la oftalmología, una facultad de 35 profesores adjuntos, 24 residentes y 10 fellows. La mitad de los alumnos son dominicanos y la otra mitad de origen extranjero.
La República Dominicana ha logrado en los últimos 35 años una verdadera revolución tecnológica en la especialidad médica en la oftalmología. Desde entonces el Hospital Dr. Elías Santana, mejor conocido como “Los Americanos” ha estado en el centro de esta revolución y ha logrado llevar la tecnología moderna más sofisticada en diagnósticos y cirugía ocular a las personas más vulnerables del país. El centro cuenta con un departamento de investigación debidamente formado y sus investigaciones más connotadas han sido las dos encuestas de ceguera que se han realizado, estudios pilotos para más de 12 lentes intraoculares, 8 válvulas para el tratamiento y control del glaucoma, lentes de contacto implantables para corregir altas miopías, trasplantes de córneas penetrantes y lamelares, uso de queratoprótesis en quemaduras alcalinas, y es en el Hospital Dr. Elías Santana donde se descubre el uso de la membrana amniótica para la cirugía de la superficie ocular mucho antes de que llegara al resto del mundo. Su facultad y alumnos mantienen el estandarte del Elías Santana muy en alto y se manifiestan en congresos internacionales como el recién efectuado XXXIV Congreso Panamericano de Oftalmología celebrado en Cancún, Méjico, con unas 25 ponencias de sus profesores y alumnos.
William Hunter y el Dr. Juan Batlle, comparten un sueño y una visión. En la actualidad, un estimado de 549 pacientes visitan sus instalaciones diariamente y se operan cerca de 192 personas a la semana de problemas oculares, convirtiendo este centro en el principal instituto oftalmológico del país. Sus instalaciones son ahora una escuela de post-grado en Oftalmología, avalada por el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC) y considerada una de las mejores de América Latina. Se han graduado hasta la fecha un total de 157 oftalmólogos y 115 sub-especialistas en las diferentes ramas de la oftalmología, provenientes de República Dominicana así como también de Argentina, Armenia, Australia, Austria, Azerbaijan, Brasil, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Cuba, Francia, Ecuador, El Salvador, Etiopía, Fiji, Haití, Honduras, India, Indonesia, Irak, Irán, México, Perú, Panamá, Paraguay, Santa Lucía, Uruguay y Venezuela.
Cuando el Dr. Batlle llegó de vuelta a su país luego de sus estudios en el Instituto Bascom Palmer, encontró que los pocos oftalmólogos de la República Dominicana estaban sumamente ocupados y se aglutinaban en las dos principales ciudades, Santiago y Santo Domingo. Ellos se concentraban en sus prácticas privadas y las operaciones en el año 1985 eran en su gran mayoría con lupas, intracapsulares, y se desconocía el lente intraocular. Se realizaban apenas unas 3,500 operaciones de catarata por año, y estas en su mayoría dedicadas a pacientes con recursos para cubrir el costo de las mismas. Los servicios quirúrgicos para los pobres se limitaban a cuatro hospitales generales que existían dentro del sistema nacional de Salud Pública y los servicios oftalmológicos apenas realizaban 5 operaciones a la semana. En esta época muchos oftalmólogos eran también otorrinolaringólogos. Las gafas correctivas se consideraban un lujo y tres cadenas de ópticas las dispensaban a costos muy elevados. El país tenía solamente tres optometristas. Aunque existían tres centros de formación de oftalmólogos, la gran mayoría de los estudiantes jóvenes con aspiraciones por esta especialidad tenían que viajar a otros países para recibir su formación.
En sus inicios, el Hospital Dr. Elías Santana se percibió como una amenaza a los miembros existentes de la Sociedad Dominicana de Oftalmología (SDO). Sin embargo, esta resistencia duró muy poco ya que se hizo evidente que este modelo de hospital-escuela era la respuesta para entrenar y aumentar los recursos humanos necesarios, y enfrentar el gran número de pacientes afectados con causas reversibles de ceguera reconocidos por las encuestas que allí realizamos. Los egresados del Elías Santana fueron demostrando sus habilidades quirúrgicas apoyados en modernos equipos con la màs alta tecnología, y su refinada experiencia en diagnósticos clínicos y manejo de casos complejos los ha hecho destacarse y aumentar la fama de la institución. Los egresados con inquietudes académicas y científicas se quedaban como adjuntos y profesores de la institución y así devolvían a otros los conocimientos adquiridos durante su formación en el Alma Mater.
El ejemplo del Elías Santana también logró que los Hospitales del estado mejoraran sus servicios oftalmológicos. El modelo académico implantado exige que los egresados aprueben los tres exámenes del International Council of Ophthalmology (ICO) y el resultado no se ha hecho esperar. Los egresados del Elías Santana están debidamente preparados para tomar decisiones clínicas y quirúrgicas basadas en la mejor evidencia científica. Los ateneos de las 6 residencias de oftalmología se esmeran en mostrar sus mejores casos debidamente estudiados y presentados con apoyo de imágenes y videos como si fueran congresos de calibre internacional. La Sociedad Dominicana de Oftalmología hoy día exige los tres niveles del ICO para ingresar como oftalmólogo y esto ha elevado enormemente la calidad científica de nuestra profesión.
La República Dominicana adoptó en el año 2008 la Ley 87-01 que estableció el derecho a la Salud Universal y los servicios médicos del país hoy día son remunerados por el estado en el caso del régimen subsidiado que se dedica a los que no tienen ingresos, o por una prima cubierta por el 8% del salario en el caso de los trabajadores. Esta ley cambió completamente el hospital misionero ya que los servicios que siempre supo darle a los pobres ahora eran subsidiados, permitiendo que el volumen de consultas y cirugías crezca de una manera astronómica y que existan recursos para equipamiento y expansión.
En resumen, lo que fue en su época un clínica modelo de atención asistencial para los pobres ha logrado implantar todo un sistema de excelencia en el ejercicio de la oftalmología basado en la enseñanza y las buenas prácticas clínicas y quirúrgicas basadas en la evidencia. El ejemplo de excelencia académica transciende hoy día los congresos de los oftalmólogos dominicanos y se entiende que esta humilde institución, sus egresados, y sus profesores han trazado un camino que ha sido coronado con éxito y reconocimiento internacional.
La visión original de sus fundadores se ha concretado con creces y hoy día el Hospital Dr. Elías Santana es fuente de inspiración para muchos jóvenes oftalmólogos y de esperanza para que muchos puedan recuperar la vista perdida.