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Síndrome de Burn out y su impacto en la formación del residente

Published: 20.09.2019

Síndrome de Burn out y su impacto en la formación del residente. Dr Mark Mannis lifts the donor rim before separating the cornea using a trephine tool onboard the Orbis Flying Eye Hospital on April 20, 2018 in Trujillo, Peru. Photo by Leon Neal.Jefe de Enseñanza e Investigación Fundación Hospital Nuestra Señora de la Luz IAP, México

El síndrome de Burn out hace referencia al agotamiento físico, emocional y mental relacionado al trabajo, desencadenado por situaciones de estrés prolongado. Éste se ha visto asociado en mayor medida a prestadores de servicios de salud y relaciones humanas (médicos, enfermeras y trabajadoras sociales). Su incidencia varía entre 17 a 78% en diferentes fuentes, siendo los más afectados los médicos con especialidades en ginecología y medicina interna, personal con altas cargas de estrés, mujeres, entre otros factores.

El síndrome se puede manifestar a través de alteraciones psicosomáticas, conductuales y emocionales  afectando el ambiente laboral y la estabilidad personal.

La detección de esta entidad se lleva a cabo a través de la realización de la encuesta MBI (Maslach Burnout Inventory) el cual es un cuestionario de 22 preguntas que explora 3 esferas:

  • Agotamiento emocional. Relacionado al cansancio por demandas excesivas de trabajo.
  • Despersonalización. Condición de distanciamiento, indiferencia o insensibilidad hacia el entorno.
  • Realización personal. Surgimiento de sentimientos de fracaso, frustración, insatisfacción laboral, baja autoestima y carencia de expectativas.

En el año 2019 se aplicó la encuesta a 42 residentes del Curso de Especialidad en Oftalmología encontrando que un elevado porcentaje de nuestros alumnos cuentan con un nivel alto de agotamiento emocional (77%) y despersonalización (47.2%), así como un nivel bajo de realización personal (47.2%) como se muestra en la figura 1.

Figura 1. Porcentaje de presentación de hallazgos en relación a las diferentes esferas analizadas.

Figura 1. Porcentaje de presentación de hallazgos en relación a las diferentes esferas analizadas.

Analizando cada uno de los rubros por separado, observamos el importante nivel de agotamiento emocional (figura 2), manifestándose en nivel alto en el 81.9% de los residentes, siendo esta frecuencia más elevada en los médicos  de mayor jerarquía (100%). De igual forma se observa la mitad de los residentes cuenta con niveles altos de despersonalización, siendo más evidente en los residentes de tercer año (80%) comparado con los residentes de primer año (8%), representado en la figura 3. Estos resultados confirman el impacto a largo plazo que la carga de trabajo ocasiona sobre el agotamiento crónico durante la formación del residente, lo que consecuentemente afecta su estado emocional, actitud y ambiente laboral.

Figura 2. Porcentaje en niveles de agotamiento emocional por grado.
Figura 2. Porcentaje en niveles de agotamiento emocional por grado.

Figura 3. Porcentaje en niveles de despersonalización por grado.
Figura 3. Porcentaje en niveles de despersonalización por grado.

En relación al nivel de realización personal (figura 4), se observa que en el 45.9% de los casos presentan niveles bajos, comparado con un 17.6% en el nivel alto que se considera como el grado deseado. En este caso son los residentes de menor jerarquía quienes cuentan con los niveles más bajos (69.3%).  Lo anterior puede explicarse debido al grado de autonomía y confianza que el residente de mayor jerarquía posee en la toma de decisiones basado en conocimiento y experiencia a diferencia de los residentes de menor rango.

Figura 4. Porcentaje en niveles de realización personal por grado.

Figura 4. Porcentaje en niveles de realización personal por grado.

Considerando que para integrar el diagnóstico de Burn Out, se debe contar con alteración en las tres esferas: altos niveles de agotamiento emocional y despersonalización y un bajo nivel de realización personal; en el estudio realizado encontramos que ningún residente de primer año presenta el síndrome, a diferencia de los médicos de segundo y tercer año de la especialidad que presentaron valores de 23% y 20% respectivamente (figura 5).

Figura 5. Presencia de burn out por grado.

Las consecuencias que la persistencia de esta condición puede impactar a diferentes niveles (tabla 1), afectando actividades y comportamientos a nivel académico, personal y profesional (tabla 2). Lo anterior puede conllevar a errores médicos que repercutan en la adecuada atención y seguridad del paciente.

Tabla 1. Nivel de impacto.

Físico Migraña, alteraciones gastrointestinales (colon irritable, úlcera gástrica), pérdida de apetito, alteraciones del sueño, disfunción sexual
Psicológico Ansiedad, irritabilidad, baja autoestima, frustración, dificultad de concentración, distanciamiento, depresión, alcoholismo y drogadicción, actitudes violentas, suicidio
Laboral Ausentismo, baja productividad, falta de competencia, deterioro en la calidad de servicio

 

Tabla 2. Tipo de repercusión.

Académica Dificultad para aprender y pensar, incapacidad para el pensamiento complejo, insuficiente aplicación del conocimiento
Personal Alteración en relaciones interpersonales, pérdida del bienestar personal, cambios en el estado de ánimo
Profesional Dificultad para la interacción y empatía hacia  los pacientes y personal de trabajo, disminución de destrezas e ineficiencia laboral

Se han definido algunos factores predictivos para el desarrollo de esta entidad, categorizándose en en tres grupos:

  • Características del trabajo. Tipo de especialidad, grado, carga de trabajo, remuneración.
  • Características individuales. Personalidad, manejo de estrés, sexo, estado civil, nacionalidad
  • Relaciones interpersonales.

En el presente estudio encontramos una alta incidencia de agotamiento emocional y despersonalización entre los residentes de Oftalmología de nuestra sede, sin embargo solo el 14% se catalogan como síndrome de burn out.

Dados los resultados encontrados, consideramos de suma importancia realizar estas evaluaciones de forma periódica con el fin de identificar tempranamente las necesidades de atención psicológica en nuestros residentes con el fin de intervenir oportunamente para evitar probables consecuencias. Es necesario establecer medidas preventivas para mejorar la calidad de vida tanto física como emocional del personal de salud en beneficio del mismo y del paciente.

Algunas de las medidas reportadas en la literatura que pueden implementarse para disminuir el desarrollo de este síndrome son la reducción de horarios de trabajo, distribución equitativa de las cargas laborales, actividades de recreación entre el personal y sus familiares fuera de horarios laborales, supervisar adecuadamente el proceso formativo, disminuir las cargas administrativas innecesarias, permitir mayor autonomía de acuerdo a las capacidades  y destrezas del residente, estimular un adecuado estado de salud en base a dieta y deporte, sesiones de manejo de estrés, entre otras.

Por Dra Adriana Saucedo Castillo.

Photo Credit: Dr Mark Mannis lifts the donor rim before separating the cornea using a trephine tool onboard the Orbis Flying Eye Hospital on April 20, 2018 in Trujillo, Peru. Photo by Leon Neal.